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Atte: Shinigami Lukitha


[FANFIC] Lukidella Cap. 3
2012/08/06 | 20:39 | 2 comments
Hola!! Tercer capitulo de Lukidella -por fin!!- si no me equivoco debí haberlo subido desde el sábado O__o pero no pude porque anduve con mi mamá casi todo el día en la calle U_u y ayer salimos de la ciudad ◕ ‿‿ ◕ pero aquí ya está. El tercer capitulo de Lukidella. Espero que les guste n.n

Y por si no han leído los demás capítulos de Lukidella, pueden leerlos AQUÍ desde el primer capitulo y los que ya he publicado hasta este ; )

Matta ne!!~


Lukidella no se perdió ningún detalle del viaje mientras bromeaba con Angelitha. Ya había visto ese paisaje; el camino de grisáceo adoquin que guiaba a los caballos con sus pomposas carrozas siguiéndoles sobre el camino hacia el pueblo, pero aun seguía fascinándose cada vez que veía las hermosas flores silvestres que crecían bajo la sombra de los altos y robustos arboles que bordeaban aquella serpiente de adoquin.
Cada casa de Kpopland había sido construida aparte, lejos de la ciudad, donde se había destinado estuvieran solo los comercios de los habitantes, desde fondas, talleres, centros comerciales, departamentos y pensiones para los viajeros que se quedaban por algún tiempo de visita en el reino de Kpopland.

A la entrada de la ciudad un gran promocional hecho en luces de neón le daba la bienvenida a los visitantes. Los caballos pasaron debajo del promocional y después de unos pasos mas se pararon en el recoveco que hundía un lado de la cuadra. De la primer carroza bajaron Rubí y Jessica seguidas de su tía y Angelitha seguida de Lukidella bajaron de la segunda carroza para reunirse con su tía en la acera.
Aclaro su garganta y jalo un poco el ajustado corsé que le impedía respirar cómodamente.
Solo por hoy las dejare libres y podrán ir a ver lo que quieran.- hizo una pausa y siguió. -Pero.- recalco con voz alta. -Si me entero de que hicieron algún desmadre por allí, así de mal les ira en la casa, a las cuatro.
 Si, mamá.
Entendido, tía.
Nos veremos aquí dentro de tres horas, ahora váyanse, yo también tengo cosas que hacer y comprar.
La mujer se retiro y Angelitha de inmediato, no perdió ni un segundo, entrelazo su brazo con el brazo de Lukidella y la llevo por las calles.
¿Y nuestra primer parada es...?
Es... ¡Allígrito señalando una tienda que estaba del otro lado de la calle. Tras los escaparates, pálidos maniquíes se erguían en toda clase de poses, presumiendo la ropa que se podía encontrar dentro de aquella tienda. "Lucky Seven" se podía leer en el escrito en tonos pastel sobre un fondo negro que colgaba encima de la entrada.

 Angelitha empujo la puerta y entro con Lukidella detrás de ella. Una pequeña campana repico cuando la puerta se abrió y cerro silenciosa con un seco y metálico <<clack>>.
Dentro, miles de mostradores, ganchos y maniquíes se levantaban entre todo tipo de ropa de colores que maravillaron a Lukidella. Una muchacha se acerco a Angelitha y las recibió con una reverencia.
Bienvenidas, ¿Puedo servirles en algo?
Si, gracias. Vine a recoger un apartado y a escoger un atuendo para ella.
Señalo a Lukidella levantando sus brazos entrelazados y la dependienta le lanzo una sonrisa.
Por supuesto. Siganme, por favor los tacones de la mujer golpearon la tarima con un sonido agradable mientras avanzaba. ¿A que nombre esta?
Angelitha Jung.
Okey, ya se los busco, por mientras pueden ver nuestros diseños. Tenemos mucha mercancía nueva.
Gracias. dijo Lukidella.
Haciendo ruido con sus tacones se alejo la dependienta. Angelitha y Lukidella se vieron entre si y comenzaron a andar entre los pasillos multicolores.

Cada chica tomo su camino por separado. Telas fruncidas en todo tipo de vestidos colgaban de los ganchos, Lukidella veía aquí y allá, encandilad por todos los colores tan brillantes, caminaba despacio mirando hacia todos lados, rozando los vestidos con las puntas de sus dedos. Aquel mundo era tan diferente a su mundo habitual. Estaba aturdida.
Siguió y siguió andando sin rumbo hasta que escucho la voz de Angelitha llamarle a sus espaldas. Dio la media vuelta y la vio sosteniendo un lindo vestido strapless de un tono de verde similar al brillante verde de los limones.
Es lindo.
Lo se. Ven, vamos a que te lo pruebes .
Pero...
Nada, nada, vamos y se acabo.
Angelitha se acerco a ella y tomo su mano para guiarla hasta los probadores; un par de cuartos construidos sobre una duela a desnivel, bajo tres escalones medianos.
Entra, yo te espero aquí afuera.
Pero no te vayas.
No me iré, lo prometo, Luki.
Está bien. Pero, en serio, no te alejes, ni un paso, Angelitha.
Claro que no, hermanita. Aquí te esperare.
Tomo el vestido entre sus brazos y bajo los escalones, dio unos cuantos pasos mas y golpeteo suavemente la puerta de uno de los probadores con sus nudillos. Ninguna respuesta. Abrió la puerta y entro. Mientras Angelitha la esperaba afuera, sintió un par de brazos envolver su cintura.
Sorprendido, su cuerpo se tenso y rápido se dio la vuelta.
Hola linda la saludo el "extraño"
¡Gi! se abalanzo contra el y lo abrazo fuertemente. Me asustaste, tonto dijo golpeando en broma el pecho del muchacho. El rió disculpándose y se agacho para probar los labios de la chica con un tierno beso.

Después de que Gikwang beso sus labios, Angelitha abrió sus ojos y vio a Seungho parado pasos atrás de su novio mirando hacia otro lado, lejos de la melosa pareja que ella y Gikwang hacían mientras un notorio sonrojo le surcaba las mejillas. La vergüenza comenzó a subirle por la cara y pronto se alejo de él apenada.
Y...¿que hacen por acá? Esta no es tienda para que dos chicos anden solos.
Lo se contesto burlón—. Seungho y yo venimos a recoger un pedido de Hyori omma.
Ah...Hola Seungho.
Hola...
¿Angelitha?
El chico se vio interrumpido por la voz de la guapa muchacha que estaba de pie ante ellos.
Lo siento, interrumpí su platica se disculpo Lukidella cuando sintió tres pares de ojos volverse hacia ella.
Claro que no, Luki, no interrumpes nada. Ven acá, te presentareLukidella se acerco cabizbaja dando pasos cortos, Seungho estaba aturdido mirándola fijamente. Parecía tan frágil como una muñequita de porcelana pequeña y delgada, con una mirada sonriente cabello tan oscuro como los granos de café. Solo el vendaje que abrazaba su mano estaba fuera de lugar. Frunció el entrecejo molesto por ello, pero pronto lo dejo pasar.
A Gi oppa ya lo conocías, ¿Verdad?
Si. Es un placer volver a verle Gikwang oppa.
El placer es mio, Lukidella. El es Seungho dijo pasando un brazo por encima de los hombros del chico—. Uno de mis hermanos.
Es un placer conocerlo, Seungho oppa.
El placer es mio, Lukidella, ¿Cierto?
La chica se limito a mover su cabeza afirmativamente cuando él la llamo con una sonrisa en los labios que le derritió el corazón. Fue en ese momento que su acelerado corazón se vio interrumpido por la misma chica que había recibido momentos antes a Angelitha y Lukidella se acerco a ellos.
Sus pedidos ya están listos, pueden recogerlos a la entrada.
Gracias.
No hay de que, con permiso.
La mujer se retiro y Gikwang vio a Angelitha con una de esas sonrisas que piden perdón formada en sus labios.
Disculpa, Angelitha, debemos irnos ya, aún queda mucho por hacer.
Te entiendo, nosotras estamos en las mismas, pero te veremos mañana.
Genial se acerco y deposito un beso en la frente de Angelitha. Entonces las veré mañana, guapa, cuídense. Hasta luego, Lukidella.
Hasta luego, Gikwang oppa.
Hasta luego Angelitha se despidió SeunghoAdiós, Lukidella, espero poder verte mañana.
Claro que si, hasta mañana Seungho oppa.
El chico sonrió y se dio la media vuelta para seguir a Gikwang fuera de la tienda. Lukidella mordió su labio mientras veía las siluetas de los dos chicos alejarse, no podía evitar detenerse a pensar en como Seungho había acelerado su corazoncillo con una simple sonrisa.
Volviendo a ti dijo Angelitha de repente. Te ves como toda una princesa.
Supongo... contesto sin prestar atención a lo que Angelitha le decía.
Ah vio a su amiga fijamente por un momento y pronto comprendió. Bueno, entonces nos llevaremos ese, así que cámbiate.
Aja.
Distraída Lukidella se volvió a encerrar en el probador y al poco rato salio usando su uniforme de sirvienta de nuevo y con el hermoso vestido verde colgando del gancho, entre sus dedos, lo mas alto posible para que la tela de satín no rozara el suelo. Después de que Angelitha pagara y recogiera su encargo, las dos chicas salieron de la tienda.

Lukidella caminaba cerca de Angelitha, concentrada en la gente que iba y veía a sus lados, buscando encontrar a Seungho y su seductora sonrisa de nuevo, pero no había rastro de el en ningún lado. Resignada bufo bajando la cabeza y siguió a Angelitha dentro de otra tienda.

Piedras preciosas brillaban por doquier encerradas en escaparates iluminados por luces empotradas en los soportes de metal que sostenían los vidrios. Vio una por una las joyas expuestas bajo las luces blancas, absorbida en la hermosa cascada de destellos que se desprendía de los diamantes y los rubíes, las esmeraldas y las amatistas.
 ¿Encontró algo que le guste, señorita? le pregunto un señor de lentes que estaba de pie del otro lado del mostrador ofreciéndole una amable sonrisa.
No, gracias, yo solo veía.
Oh, bueno, si le gusta algo se lo puedo enseñar sin compromisos.
Claro, gracias.
Dio un paso y luego otro mientras buscaba a Angelitha con la mirada y se acerco a ella cuando la encontró riendo a carcajadas con una de las dependientas: una muchacha de cabello corto y pronunciados pechos.
Cuando Angelitha la vio de pie a su lado con una expresión indiferente intento alejarse y dejar de reír.
Escogí este para ti dijo jadeante. ¿Que te parece?
De sus dedos enredada una cadena plateada, pendía una rosa abierta hecha en un metal pintado de un verde similar al del vestido.
A mi me gusta.
¿Y estos aretes?
Señalo un par de aretes pequeños aretes de broquel, dos círculos labrados en esmeralda.
Se ven lindos.
Entonces dame estos, por favor.
Si, claro.
La muchacha se llevo la cadena y los aretes para envolverlos y cobrarle a Angelitha.  Al volver le entrego el paquete.
Aquí ya acabamos. Vamos por tus zapatos.
Oki doki, tu camina y yo te sigo, hermanita.
 Vamos, entonces.
Angelitha entrelazo su brazo con el de Lukidella y al salir de la joyería lo vio pasar frente a ellas. Gikwang iba pasos mas adelante y guiño su ojo derecho coquetamente cuando le aventó un beso a Angelitha al verla allí y ella le aventó muchos mas, mientras que Seungho caminaba riendo con una chica. Se detuvo para mirar a Lukidella directo a los ojos y después le dedico una sonrisa. Ella torpemente le devolvió una sonrisa tímida. 

Fue un encuentro rápido, pero eso basto para que el corazón de Lukidella se volviera en la locura de nuevo.

Cuando las siluetas de los chicos desaparecieron entre la multitud, Angelitha y Lukidella reanudaron su camino para ir a buscar los zapatos de Lukidella. Caminaron hasta detenerse en la primer zapateria que vieron, sin dudarlo ni un poco, la muchacha se enamoro de un par de tacones exhibidos en los aparadores; unos tacones de gamuza negros. Entraron en la tienda y al poco rato Lukidella salio cargando una bolsa más con una parte de su vestuario dentro de ella.

Al terminar sus compras, Angelitha reviso la hora en la pantalla de su celular y se encaminaron al punto de reunión que acordaron con su tía. Faltaba solo una hora y poquito mas para que el reloj marcara las ocho en punto. Las dos chicas caminaron hasta el punto de encuentro y esperaron sentadas en una mesa dispuesta fuera de una pastelería cerca de allí. Angelitha pidió algo para las dos e insistió a Lukidella que comiera algo. A la chica poco se le antojaba algo de comer, pero ante las insistencias de Angelitha acepto y ordeno una rebanada de pay de manzana y una malteada de chocolate amargo.

Pasaron el rato hasta que la hora restante paso y juntas abandonaron la pastelería después de que Angelitha pagara por los postres que comieron.

Al final del día ya iban de camino a casa y las dos muchachas cansadas, se acomodaron en el asiento y Angelitha dejo caer su cabeza sobre la cabeza de Lukidella, apoyada en su hombro y se arrullaron con el suave movimiento de la carroza por la noche.

█║▌│█│║▌║││█║▌│║▌║© Fanfic Escrito por Shinigami Lukitha

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