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Atte: Shinigami Lukitha


[FANFIC] Lukidella cap. 2
2012/08/03 | 17:03 | 0 comments
Aqui Lukitha Lemonade actualizando n.n

Les dejo el segundo capitulo de Lukidella aquí. Creo que este me quedo algo corto U_u pero los demás ya son más largos así que no desesperen x) y mañana subiré el tercer capitulo n.n

  
  
Al día siguiente Lukidella despertó temprano cuando la alarma programada en su celular comenzó a vibrar y sonar contra su almohada. Se levanto y bostezo frotando sus ojos con el dorso de sus manos empuñadas. Sin desperdiciar ni un momento, dejo la pijama doblada a un lado de la almohada en su cama, se puso el uniforme de sirvienta y salio de su pequeña habitación. Lo primero que debía hacer era ir a despertar a Angelitha.

Subió las escaleras con un curioso trote silencioso y resbalo sus pies sobre el azulejo amarillento hasta la habitación. Abrió la ostentosa puerta hasta abrir una ranura por la que cabía su pequeño cuerpo y se colo dentro de la habitación antes de cerrar la puerta con la misma cautela con la que la abrió. Se acerco a la cama caminando de puntillas y agito con ambas manos el cuerpo de la muchacha por los hombros, pero fue inútil, Angelitha se dio la media vuelta y siguió durmiendo.
¡Angelitha!, no seas floja, ya despierta.
Movió un poco el trasero de la chica con su rodilla y logro que abriera un poco los ojos. La noble se estiro y se dio la media vuelta.
Hola Gikwang saludo a la fotografía que descansaba en el buro, a un lado de su cama—. ¿Dormiste bien?, ¿Soñaste conmigo?
Eso es mas que obvio, Angelitha escucho decir a Lukidella fingiendo una voz que intentaba sonar masculina. Rió y la vio revolviendo el interior de su armario. Después de hurgar un poco, Lukidella alistaba en el respaldo de una silla la ropa que debía usar ese día.
Hola, Lukidella.
Hola, Angelitha se volvió para verla, ya levantada y sonriendole. Le devolvió la sonrisa y regreso su atención al armario.
¿Como dormiste?
Bien, ¿Y tu?
Bien. Soñé con Gi y la fiesta de mañana.
Un gancho resbalo de las manos de Lukidella. Preocupada se apuro a recogerlo y acercarle su vestuario a Angelitha.
Entonces debió ser lindo.
Si. Tu también estabas allí y era muy divertido.
Ya veo. Bueno aquí te dejo la ropa dijo refiriéndose a las prendas dobladas que dejo en la orilla de la cama.
Gracias, bonita contesto sonriendo.
No hay de que hizo una reverencia y salio de la habitación.
Como le prometió por la madrugada, Lukidella se puso a hacer sus quehaceres desde temprano. Lo primero que debía hacer era fregar los pasillos, después tenia que hacer las habitaciones durante el desayuno, entonces podría bajar a desayunar y lavar la losa sucia al final. Resoplo y comenzó con el quehacer.

Cuando Lukidella salió de la habitación, bajo por la escalera principal. En el comedor ya estaban sentadas su tía y sus primas cuando Angelitha se acerco. Bernardo esperaba de pie al lado de su tía esperando indicaciones por parte de la mujer.
Buenos días, tía- saludo Angelitha
Buenos días.
Buenos días, Angelitha, ¿Lukidella te despertó tarde?
No, ella...
Ya. No comiencen de nuevo interrumpió su tía. Bernardo, trae el desayuno.
Enseguida, mi señora.
Bernardo entro en la cocina y a los pocos segundos aparecieron las sirvientas, colocaron los platos frente a cada una de las mujeres, sirvieron el jugo frutal y extendieron las servilletas de tela.
Provecho, espero que les guste.
Gracias, Bernardo, puedes retirarte ya.
Si, con permiso.
El cocinero se retiro y la mujer probo el primer bocado y después otro y otro mas, seguida de sus hijas, Angelitha solo se limito a verlas comer.
Tía.
Dime.- dijo llevándose a la boca otro trozo de carne.
¿Lukidella podrá acompañarme al pueblo?
¿Perdona?
Ayer me dijiste que hoy me dirías si Lukidella podría acompañarme o no al pueblo.
Ah, sobre eso tomo la servilleta y limpio su boca antes de seguir—. Bueno, si Lukidella termina sus quehaceres antes de partir puede venir, pero tu te harás cargo de ella.
Claro, tía. Gracias.
Angelitha comenzó su desayuno. Rubí y Jessica intercambiaron una mirada de cómplices y rodaron sus ojos.

Cuando terminaron de desayunar, con el escandaloso sonido de las palmadas de la dueña, las sirvientas salieron de la cocina para recoger todos los trastos sucios.
Vayan a cambiarse y pónganse algo mas cómodo y fresco, mis niñas, partiremos en media hora.
Si, mamá. Con permiso
Con permiso, tía.
Propio.
Las tres jóvenes se levantaron y subieron a sus habitaciones a arreglarse, mientras que en la cocina, Lukidella estaba enjuagando la losa que alguna de las otras sirvientas ya había enjabonado.

Platos, vasos, cucharas y tenedores pasaron por sus manos temblorosas. Había escuchado la platica entre Angelitha y su tía mientras desayunaba y eso la había puesto nerviosa. Alargo la mano una vez mas y sujeto la navaja de un cuchillo. El brillante filo corto las yemas y la palma de su mano, pero Lukidella solo hizo una mueca de dolor y paso el cuchillo bajo el chorro de agua. El burbujeante jabón rojizo resbalo por la cuchilla.
Cerro la llave y dejo el cuchillo en el escurridor. Dirigiéndose al baño que estaba en la cocina, seco sus manos en el delantal que llevaba sujeto a la cintura. Revolvió el botiquín con su mano, en busca de algo con que pudiera curarse los dedos y se encontró con gasas y algo de pomada que se unto en las cortadas después de lavar de nuevo sus manos y las envolvió con trozos de la gasa. Movió un poco los dedos, calando si su vendaje improvisado le estorbaría, pero no. Recogió las cosas y salio de la cocina.
 
No había sirvientas alrededor, todas estaban ocupadas en sus quehaceres a lo largo y ancho de toda la mansión.


Respiro profundo. Sus manos aun temblaban incontratables. Se encerró en su habitación y se cambio el uniforme por uno limpio, porque, al lavar la losa, sin saber como, siempre lograba mojarse la parte del abdomen. Extendió el vestido mojado en el colchón y se deslizo dentro de su uniforme seco. El cierre en el costado subió con un peculiar sonido cuando Lukidella escucho el reloj cucú cantar. Se dio un vistazo en el pequeño espejo detrás de su pared. Amarro su cabello en un curioso chongo que se hizo a la rápida y recogió su uniforme empapado. Corrió tranquilamente a dejarlo entre la ropa sucia de las demás sirvientas en el cuarto de lavado y bajo con el reloj cucú cantando cuando piso el último escalón de la oxidada escalera. Podía escuchar el sonido de sus zapatos retumbar en las silenciosas paredes mientras caminaba apresurada hacia la sala de estar.

Se dio la media vuelta cuando escucho el sonido de los pasos apresurados. Angelitha vio a Lukidella aparecer y le sonrió. La sirvienta le devolvió una pequeña sonrisa cuando se planto ante ella y su tía.
Supongo que ya terminaste tus quehaceres, Lukidella.
Si, mi señora.
Bueno dijo levantándose del sillón donde descansaba. Entonces vayámonos ya, de por si tardaremos bastante.
La mujer paso delante de las dos chicas, dirigiéndose a la puerta principal de la mansión. Angelitha se acerco a Lukidella y entrelazo su brazo con el de la noble.
Siento el estomago revuelto.
Se te pasara pronto, ya veras
¿Segura?
Claro que si. Nada peor que eso te pasara.
Angelitha toco su mano herida y Lukidella se apresuro a esconderla detrás de su cuerpo.
¡Claro que no! Me siento peor que cuando me corte.
Pero pasara más rápido, Luki.
Eso espero... 
 Antes de atravesar el umbral de la puerta, Lukidella se volvió y miro hacia el interior de la mansión. Vio a su madre pasar y sonrió, brillante y orgullosa, cuando levanto la vista y sacudió su mano en el aire como despedida.

Fuera de la casa, los caballos relinchaban sobre el camino de adoquin, atados a las ostentosas carrozas. Uno de los guardias ayudo a Angelitha a subir y con un gesto le indico a Lukidella que subiera. El mismo guardia le extendió la mano a Lukidella y sonriendo tontamente ella subió a la carroza con ayuda del hombre. Se sentó al lado de Angelitha y volteo para mirar su brillante sonrisa. Confundida miro la ya cerrada puerta de la carroza y volvió a ver a la chica.
¿Que?
¡Nada! Solo te sonrei.
Ah...
Aishh, ya relájate, bonita. ¡No pasara nada malo!
Okey. Te creeré.
Así esta mejor.
Angelitha paso sus brazos alrededor de Lukidella y la abrazo. Sonriendo la chica también la abrazo y como ya les era costumbre las dos chicas comenzaron a tontear mientras la carroza partía.

█║▌│█│║▌║││█║▌│║▌║© Fanfic Escrito por Shinigami Lukitha.

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